El crecimiento de la edad media de las comunidades religiosas es un hecho innegable en España y en Europa en general. Por lo tanto, surge la necesidad de garantizar un cuidado adecuado y de calidad para los religiosas y religiosos mayores.

En este sentido, la Fundación Aliados por la Integración está desempeñando un papel clave en la promoción de la salud integral de cada persona, combinando la competencia y la cercanía con un modelo propio y diferenciado, basado en la humanización de la asistencia.

Cuidado especializado para religiosos y religiosas mayores

Históricamente, las comunidades religiosas han mostrado una especial sensibilidad para cuidar de sus miembros en situaciones de fragilidad, enfermedad o dependencia. Esta sensibilidad se mantiene hasta nuestros días, pero en un marco muy distinto, al menos en España.

La nueva realidad a la que se enfrentan es la del envejecimiento de las comunidades. En España, la edad media en las congregaciones se sitúa por encima de los 70 años. Aunque en la mayor parte de los casos siguen activos en sus múltiples actividades, las religiosas y religiosos mayores necesitan atención y cuidados especiales para las actividades básicas de la vida diaria. Esta realidad lleva a otra nueva: los religiosos, tanto en las instituciones de vida activa como contemplativa, necesitan contratar personal externo para que les ayude en esta tarea de cuidar.

La edad media en las congregaciones religiosas se sitúa por encima de los 70 años.

Nuevo modelo de atención: el ejemplo de Málaga

En este sentido, la Fundación Aliados por la Integración está implementando un modelo de atención de más valor añadido centrado completamente en la persona y pensado para las enfermerías religiosas. El nuevo modelo se implantó el año pasado, y de modo experimental, en la Enfermería Religiosa de Maristas (Benalmádena) para atender a 15 hermanos y poco después también se extendió a la de Esclavas del Divino Corazón de Málaga para 22 hermanas.

Al frente de sendos servicios se encuentra Vanesa Oliver, gerente de Operaciones, nuestra protagonista en ‘Hoy conocemos a…’, la sección con la que descubrimos mejor a los profesionales que forman parte de Fundación Aliados por la Integración.

Vanesa Oliver, Gerente de Operaciones de Fundación Aliados por la Integración.

¿En qué consiste el nuevo modelo de atención para el cuidado de mayores en enfermerías religiosas?

Este modelo de atención de valor añadido es la expresión práctica de cómo centrarse en las personas a las que cuidamos. Para ello contamos con un equipo de profesionales altamente capacitados, como un fisioterapeuta, que desarrolla programas de prevención de caídas, movilidad, tratamiento del dolor, etc, una terapeuta ocupacional centrada en el acompañamiento por el duelo, programas de psicomotricidad y autonomía, una enfermera para los programas de salud, control de diabetes y de peso y un médico para el seguimiento personalizado en todo lo referente en la salud. Trabajamos de una manera coordinada en la gestión con los superiores y superioras de cada centro, respetando el carisma que quieran tener en cada comunidad religiosa.

¿Cómo empieza a definirse el nuevo modelo?

El primer paso en este nuevo modelo de atención es definir y evaluar junto con las Hermanas y Hermanos lo que realmente les importa. Queremos que sea muy práctico y que incida en una mejora de la calidad de vida en su día a día. Para cada persona, lo fundamental puede ser diferente. Por ejemplo, hay para quienes lo importante puede ser poder peinarse y, en este caso, el fisioterapeuta incide en ello. Para otra, lo esencial puede ser abrocharse los botones, y la terapeuta desarrolla el programa de psicomotricidad fina o la parte lúdica. Todo está pensado para satisfacer sus necesidades. Otros aspectos que suelen ser significativos son el empleo del tiempo libre en actividades de ocio, sobre todo en estas edades. Aportamos valor al disfrute de este tiempo libre, acompañando y dando soporte a aquellos hermanos y hermanas que lo precisan. Por ejemplo, para alguien que disfrute de la lectura y que tenga mermada la capacidad visual, valoramos si mediante un producto de apoyo podemos compensar este déficit y, en caso de no ser posible, acompañamos en esta actividad, seremos sus ojos y posibilitaremos que esta persona siga disfrutando de actividades significativas para ella, aportando valor y calidad de vida. Otro ejemplo sería la mejora en las relaciones interpersonales y el dinamismo que se consigue con los diferentes talleres y actividades que realizan.

Después de varios meses de funcionamiento, ¿qué balance hacéis de la experiencia como profesionales?

La implementación de este modelo de atención centrado en la persona en enfermerías religiosas ha sido altamente satisfactoria para todas las religiosas y religiosos, que han valorado muy bien los servicios añadidos. Así lo dice la encuesta de satisfacción realizada, que ha arrojado resultados muy positivos y que nos animan a seguir trabajando cada día para avanzar aún más.

Enfermera, fisioterapeuta y terapeuta ocupacional, parte del equipo de atención.

Una experiencia de cuidados activos en las comunidades religiosas desde el respeto al carisma

Vanesa Oliver es una de las caras visibles de este proyecto que ya es una realidad, pero ella misma también quiere resaltar el papel ejercido desde el inicio por José Pozo desde el área Comercial para apostar por estos programas más avanzados. Junto a un implicado equipo de profesionales desarrollan este modelo de atención para para religiosos y religiosas mayores, que son un ejemplo de lo que ahora se llama envejecimiento activo. Siempre desde el respeto al carisma de cada institución.

Hay que recordar que, pese a su edad avanzada, siguen al pie del cañón en sus múltiples actividades: educación, sanidad, acción social, pastoral, entre otras. La palabra jubilación no existe en su vocabulario, lo que demuestra la pasión y entrega por su labor.

Una vivencia psicológica y espiritual de la dependencia

La dependencia de otros para las actividades más básicas de la vida diaria puede ser una experiencia difícil de asumir para cualquier persona, pero para quienes han consagrado su vida al servicio de los demás resulta especialmente difícil. El paso de «cuidar» al «ser cuidado» requiere una profunda madurez psicológica y espiritual para ser vivido de manera positiva.

En este sentido, la Fundación Aliados por la Integración también trabaja en la vivencia psicológica y espiritual de la dependencia, ofreciendo un acompañamiento personalizado y humano a cada uno de los religiosos mayores y enfermos que atienden.